¿Qué convierte a una norma en obligatoria? ¿Qué le da fuerza a una ley? ¿Quién define lo que es legal o ilegal? Estas preguntas conducen a un tema esencial del estudio jurídico: las fuentes del derecho.

Este concepto se refiere a los orígenes, procesos y factores que dan vida al derecho positivo. No hablamos solo de instituciones que producen normas, sino también de realidades sociales, prácticas reiteradas e ideas fundamentales que moldean la forma en que el derecho se crea, interpreta y aplica.

Clasificación tradicional: tres tipos de fuentes

En la teoría clásica, las fuentes del derecho se dividen en tres grandes grupos:

• Fuentes reales o materiales: Son los factores sociales, económicos, culturales o históricos que influyen en el contenido del derecho. No producen normas directamente, pero sí determinan los temas que el derecho debe atender.
• Fuentes formales: Son los procedimientos reconocidos legalmente para crear normas jurídicas. Aquí encontramos a la ley, la costumbre, la jurisprudencia, la doctrina y los principios generales del derecho.
• Fuentes históricas: Se refieren a los textos y documentos antiguos que han servido de base o inspiración para las legislaciones actuales, como el Derecho romano o el Código de Napoleón.

Las fuentes formales en detalle

En México, el derecho es principalmente escrito y la ley ocupa el primer lugar. Se trata de una norma de observancia general, que se aprueba a través de un proceso legislativo formal y que tiene efectos obligatorios.

Junto a ella, la costumbre sigue teniendo vigencia en ciertos ámbitos. Es el caso del “endoso” en facturas de automóviles, una práctica común que ha generado interpretación jurisprudencial, aunque no esté expresamente regulada por ley.

La jurisprudencia, cuando se emite conforme a los mecanismos legales —como la reiteración o una votación calificada en la Suprema Corte—, también se convierte en una fuente obligatoria. Ayuda a interpretar normas o llenar lagunas del sistema.

La doctrina, aunque no tiene fuerza vinculante, influye en el desarrollo del derecho a través del análisis académico y la interpretación técnica de normas y principios.

Y los principios generales del derecho, como la equidad, la buena fe o la justicia, cumplen una función integradora e interpretativa, especialmente cuando no hay una norma clara aplicable a un caso concreto.

Jerarquía normativa: el lugar de la Constitución

En la cúspide del sistema jurídico se encuentra la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, considerada la norma suprema. Debajo de ella están los tratados internacionales, las leyes federales y locales, y finalmente los reglamentos.

Aunque en 2011 hubo expectativas de que los tratados en materia de derechos humanos tendrían igual jerarquía que la Constitución, la Suprema Corte reiteró en 2014 (Jurisprudencia 20/2014) que la Carta Magna se mantiene como norma suprema. Así, se desdibujó la idea de un bloque de constitucionalidad robusto, y se consolidó lo que hoy se conoce como el “parámetro de control de regularidad constitucional”, que no es otra cosa que la versión tropicalizada del bloque de constitucionalidad.

Conclusión

Conocer las fuentes del derecho es entender cómo se construye el orden jurídico. Cada norma tiene un origen, una función y una jerarquía. Y como ciudadanos, conocer estos fundamentos nos permite exigir que el derecho se aplique de forma justa, coherente y conforme al marco constitucional.

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