¿Por qué no voy a votar en la elección judicial?

Mis razones para no votar en la elección judicial.

En el marco de la reforma judicial que actualmente impulsa el oficialismo en México, se ha abierto un debate en torno a la participación ciudadana en la elección de jueces, magistrados y ministros. Aunque el discurso dominante insiste en que se trata de una medida democratizadora, lo cierto es que los riesgos institucionales y constitucionales son enormes.

En el más reciente video de Reflexiones Jurídicas, expongo las cinco razones por las cuales he decidido que, si esta elección se lleva a cabo, no participaré en ella. No se trata de una postura indiferente, sino profundamente crítica y razonada.

1. La reforma judicial implica la destrucción de la democracia

La elección popular de juzgadores rompe con uno de los pilares del constitucionalismo moderno: la división de poderes. En los hechos, representa una regresión autoritaria, donde el Poder Judicial queda subordinado a los intereses de una mayoría política coyuntural.

2. Politización del Poder Judicial

Hemos visto cómo personas juzgadoras que criticaban la reforma, tras su aprobación, se alinearon con el poder político para buscar una candidatura. Esto es solo el inicio de un fenómeno más amplio: la transformación del juez en político, lo cual inevitablemente pone en riesgo su imparcialidad.

3. La popularidad sustituirá a la capacidad

En un proceso electoral, no necesariamente ganan los perfiles más preparados, sino los más visibles. El derecho, sin embargo, exige conocimiento técnico, experiencia y criterio, no campañas ni propaganda.

4. La ciudadanía no tiene herramientas para evaluar perfiles técnicos

A diferencia de otras elecciones, el electorado no cuenta con criterios claros ni suficientes para valorar la idoneidad de los aspirantes al Poder Judicial. La elección judicial exige un nivel de especialización que no puede resolverse con eslóganes o entrevistas superficiales.

5. No hay garantías de certeza electoral

La elección judicial nacerá con menos casillas, sin PREP, y sin ciudadanos contando los votos en cada mesa. La transparencia y la legalidad, condiciones mínimas de cualquier proceso democrático, están en entredicho desde el inicio.

Elegir no participar en un proceso que legitima una reforma regresiva no es una renuncia a la democracia. Por el contrario, es una forma de resistencia cívica ante el desmantelamiento de nuestras instituciones.

👉 Puedes ver el video completo aquí:
🎥 https://youtu.be/qov7T4WzTyo

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