Durante muchos años, la divulgación del conocimiento jurídico tuvo una sola vía: el texto escrito. Los libros, las revistas especializadas, los artículos académicos y los comentarios doctrinales han sido durante décadas —y aún lo son— los pilares fundamentales para la construcción y la transmisión del saber jurídico. Así aprendimos derecho, así lo enseñamos, así lo debatimos.
Con la llegada de los medios digitales, esa estructura comenzó a transformarse. Primero de manera discreta: libros y revistas que antes solo existían en papel, pasaron a distribuirse también en formato PDF. Las bibliotecas físicas comenzaron a complementarse con bibliotecas virtuales, y muchos de nosotros —entre ellos quien escribe estas líneas— comenzamos a explorar nuevas formas de expresión a través de los blogs y los portales jurídicos.
Fue por allá de 2007 cuando empecé con un blog llamado Reflexiones Jurídicas, alojado inicialmente bajo el dominio carlossotomorales.blogspot.com. Aquello nació como un espacio de análisis y reflexión personal sobre temas jurídicos que me inquietaban. Posteriormente, en 2013, migré a WordPress, donde el blog tomó su nombre definitivo: www.reflexionesjuridicas.com.mx. A través de ese espacio compartí por varios años ideas, comentarios y reflexiones sobre el mundo del derecho. Mi constancia en el blog no fue para romper récords, ni mucho menos. Basta ver que la entrada previa a este post data de 2022.
No obstante, el tiempo no pasa en vano, y la manera en que consumimos información también ha cambiado. Hoy, en 2025, nos encontramos en una realidad en la que el contenido jurídico no solo se escribe: también se escucha, se ve y, sobre todo, se comparte en formatos mucho más dinámicos. Plataformas como YouTube, Twitter (ahora X), Instagram e incluso TikTok están siendo aprovechadas por juristas, académicos y estudiantes para divulgar conocimiento jurídico de manera accesible, rápida y visual.
Ejemplos hay muchos. Desde el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, y muchos canales independientes de juristas que explican reformas legales, sentencias relevantes o principios jurídicos con claridad y sencillez. Es un fenómeno que no podemos ignorar.
Personalmente, había evitado por mucho tiempo entrar al mundo del video. No por falta de interés, sino más bien por prudencia (y, admito, por desconocimiento técnico). Crear contenido audiovisual es una tarea completamente distinta a escribir. Mientras que en el blog uno puede teclear con calma, citar fuentes con precisión, revisar el texto una y otra vez antes de publicarlo; en el video hay que hablarle a una cámara, improvisar, encontrar un ritmo narrativo… y sobre todo, aprender a grabar y editar. Todo un reto.
Sin embargo, es un reto que he decidido asumir. Por eso nace este nuevo capítulo de Reflexiones Jurídicas, ahora también en formato audiovisual. El objetivo sigue siendo el mismo: compartir ideas jurídicas, promover el pensamiento crítico, y tratar de explicar —en la medida de lo posible— lo que ocurre en el mundo del derecho y cómo nos afecta como sociedad.
Este nuevo canal en YouTube no reemplaza al blog; lo complementa. De hecho, una de mis intenciones es también retomar el formato escrito. Creo firmemente que el texto sigue teniendo un valor inmenso para la formación jurídica. No podemos, ni debemos, abandonar los libros, las revistas especializadas, ni las fuentes primarias. Pero tampoco podemos cerrar los ojos al hecho de que cada vez más personas consumen conocimiento jurídico a través del video.
Vivimos en una época donde las formas de acceder al conocimiento son múltiples. Aprovechémoslas. El derecho no debe permanecer encerrado en las aulas, en los tribunales ni en los tratados. Debe estar al alcance de todos, explicado de manera clara, rigurosa pero también comprensible.
En los próximos videos hablaré de reformas jurídicas actuales, de problemas estructurales del sistema legal mexicano, de sentencias relevantes y, por supuesto, de temas que vinculan el derecho con la política, porque como sabemos, en nuestro país esa línea es cada vez más difusa.
A todas y todos los que han seguido este blog durante años, gracias. Y a quienes se suman por medio del canal de YouTube, bienvenidos. Seguimos reflexionando juntos.
Te invito a conocer el video introductorio del canal de YouTube: